lunes, 8 de agosto de 2011

¿Y qué es un verdadero alienado?


Es un hombre que elige volverse loco -en el sentido en que se usa socialmente la palabra- antes que traicionar un pensamiento superior de la dignidad humana.
Por ese motivo la sociedad se sirve de los asilos para amordazar a todos aquellos de los que quiere deshacerse o defenderse, por haberse negado a convertirse en cómplices de las más grandes porquerías.
Ya que un alienado, en realidad, es un hombre al que la sociedad no quiere escuchar, y quiere evitar que manifieste determinadas verdades intolerables.
Pero el encierro, en este caso, no es el único recurso, porque la confabulación de los hombres cuenta con otras armas para sojuzgar a las voluntades que pretende quebrar.
Más allá de las mínimas hechicerías de los brujos de pueblo están los importantes pases de magia colectiva en la que interviene periódicamente toda la conciencia en estado de alerta. De este modo, en ocasión de una guerra, de una revolución, de una hecatombe social todavía latente, la conciencia unánime es cuestionada, se cuestiona, y llega a emitir su propio juicio.
Puede suceder también, que en ciertos casos individuales sobresalientes se le haya inducido a salir de sí misma.
Es así como hubo hechizos generales en los casos de Baudelaire, Edgar Poe, Gerard de Nerval, Nietzsche, Kierkegaard, Hölderlin, Coleridge, y lo hubo en el caso de Van Gogh.

Es algo que puede suceder durante el día..


Pero comunmente sucede de noche.