jueves, 25 de junio de 2009

Hoy día tranquilo, en la cual la comunicación fue la clave, peleas estupidas retractadas en frases sin sentidos, mates amargos, para matar el frio de la calida ciudad... Risas de por medio para no perder la costumbre, amigas que a pesar de todo siempre lo serán... Melancolía de lo que uno solo sabe. Lectura de por medio, critica de una antigua pelicula que nos remonta a los 1942, una de esos films “que ya no se hacen”. Y es que la relativa singularidad del producto y la fuerza que su desarrollo llega a manifestar en sus mejores momentos, lo describe con facilidad como uno de los exponentes más distinguidos y perdurables del melodrama. Lo que más me llevo a detenerme en su lectura fue la frase que aparece en la misma, “No pidamos la luna, tenemos las estrellas”. No se si fue el frio, si fue el mate, si fue mi larga caminata, o si fue el desencanto de esta vida moderna, pero me parecio una hermosa y la vez angustiante forma de definir el fin de la propia vida.

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